viernes, 11 de septiembre de 2009

AM.-Bienes públicos y privados

La definición de corrupción administrativa depende de la diferenciación entre bienes públicos y privados.

En el caso de los legisladores, su salario es un bien privado, con el cual ellos pueden hacer lo que les de su gana. El "barrilito" es un bien público, porque no está supuesto a ser utilizado con fines privados, sino públicos.

Esto es lo que no parecen entender muchos funcionarios y ahora sabemos que tampoco lo entiende el diputado del Partido de la Liberación Dominicana por Puerto Plata, Alfonso Crisóstomo y para que lo entienda se lo vamos a explicar: Él puede regalarle todo su sueldo, si así lo desea, a su papá, a su hermano y a toda su familia, pero el dinero que le da la Cámara para su oficina política, tiene que administrarlo con los criterios de administración del Estado dominicano.
El diputado, a quien le dicen "El Querido", también está amenazando con someter un proyecto para modificar la Ley de Acceso a la Información. Es su derecho.

En ese sentido, también me permito informarle que será difícil que logre su propósito porque esa ley no es una conquista de los periodistas, como parece creer, sino de todos los ciudadanos de este país, incluyendo los que votan por él que necesitan saber qué destino le da el distinguido representante a los fondos públicos puestos a su cargo.
Simplemente, el país no se lo va a permitir y ojalá los demás legisladores aprendan la lección de "El Querido" para que mejoren su quehacer.
atejada@diariolibre.com

De Diario Libre

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